Comencé a pintar desde muy pequeña, pero fue cuando llegué a la universidad que empecé a dibujar con más constancia y verdaderamente sentí, con lo que iba aprendiendo, que le podía dar un giro diferente a mi obra. Nunca asistí a ninguna escuela de arte, ni di clases de pintura, todo lo que he ido aprendiendo ha sido a través de la experimentación.

Empecé a dibujar mujeres que por algún rasgo físico me parecían exóticas, al principio eran producto de mi imaginación. Muchas veces eran mujeres que veía en la calle o en fotos, capturaba la imagen en mi mente y después la llevaba al papel. Luego empecé a utilizar con más frecuencia las redes sociales y encontraba muchas imágenes que me inspiraban. Me basaba en esas imágenes para mis dibujos y las modificaba según lo que quería expresar. Mis ilustraciones las realizo de forma tradicional, con lápices de colores, bolígrafos de punta fina, en ocasiones utilizo acrílico, plumones y todo material que aparezca. La cuestión está en experimentar y crear con lo que se tenga. El proceso creativo es muy divertido y, en lo personal, lo disfruto mucho; pintar me ayuda a desconectar de problemas o cosas externas que me afectan.

Hoy en día dibujar se ha convertido en una parte muy importante en mi vida. Es a través del dibujo que expreso mi sensibilidad, mis emociones y mi forma de pensar; me muestro tal como soy.

He incursionado de igual manera en la pintura mural, llevando mus dibujos a gran escala. Considero que ha sido una experiencia increíble, y todo un reto. Sinceramente puedo decir que amo dibujar, amo lo que hago, y me encanta experimentar, para mi es la mejor manera de aprender.